Traducción: Ik Tzikel
En México, la autonomía se encuentra en todos los rincones del país. Sin embargo, en Santa Cruz Huatulco, esto no es obvio al principio. Carreteras rectas. Postes de luz bien alineados. Senderos de pasto bien limpiecito. Hoteles de lujo. Piscinas escandalosas. Las playas ahogadas bajo los parasoles Coca-Cola, cubiertos por la benevolente mirada de una bandera estadounidense. Bienvenidxs a una de las zonas hoteleras más grandes del sur del país, creada desde cero en los años 80, para competir con Acapulco.
A pocos kilómetros, en Santa María Huatulco, hombres y mujeres han construido otro mundo, lejos de estos paraísos artificiales. Con obstinación, a pesar de los golpes y la feroz represión del gobierno de Oaxaca, crearon el Comité para la Defensa de los Derechos Indígenas (CODEDI). Su centro de capacitación, ubicado en tierras recuperadas de Finca Alemania, será su laboratorio de vida y solidaridad. Aquí, hay una comunidad vibrante. Para crear una alternativa a este mundo capitalista al que se niegan poniendo el cuerpo y gritando.